Аnalítica

Bitcoin vs. Altcoins: ¿Competencia o complementariedad?

Bitcoin y las altcoins son rivales y aliadas. La diversidad estimula la competencia, la creatividad y la innovación.

Bitcoin y las altcoins no son iguales. Bitcoin fue la primera criptomoneda que se creó, y es la más popular y usada en el mundo. Las altcoins son todas las criptomonedas que vinieron después de Bitcoin. Algunas tienen cosas que Bitcoin no tiene, como programas que se ejecutan solos, aplicaciones que no dependen de nadie o tokens que son únicas. Otras solo quieren ser mejores que Bitcoin en algo, como ser más rápidas, más seguras o gastar menos energía.

¿Qué pasa entre Bitcoin y las altcoins? ¿Se llevan bien o mal? Depende de cómo lo mires. Por un lado, son rivales. ¿Qué es lo que tienen los fanáticos de Bitcoin que no les gusta compartir el escenario con otras criptomonedas? ¿Será que se sienten amenazados por la competencia o que tienen un complejo de superioridad? Sea lo que sea, lo cierto es que muchos de ellos consideran que la creación de altcoins es una especie de “herejía”, una traición al espíritu original de Bitcoin. Para ellos, Bitcoin debería ser la única y la mejor.

Así, estos fanáticos normalmente descalifican a las altcoins en los términos más despectivos posibles, con adjetivos peyorativos como “shitcoins”, “scamcoins” o “copycoins”. En su defensa, los altcoins no son tan despectivos con Bitcoin. Hay cierto respeto por Bitcoin porque es el padre de todos, el pionero que abrió el camino para las demás. Sin embargo, hay uno que otro personaje que sí le echa basura a Bitcoin para promover sus propios proyectos. Estos personajes suelen ser los creadores o líderes de algunas altcoins, que buscan captar la atención y el dinero de los inversores.

¿Qué podemos aprender de esta situación? Pues que, en el mundo de las criptomonedas, como en cualquier otro, hay diversidad de opiniones, intereses y visiones. Y que no hay que dejarse llevar por los extremos, ni por los fanatismos, ni por las falsas promesas. Lo mejor es informarse bien, analizar los pros y los contras de cada opción, y tomar decisiones racionales y responsables.

Los dos bandos quieren llamar la atención y el dinero de la gente que invierte y usa las criptomonedas. Y como el dinero no sobra, cada vez que alguien elige una criptomoneda, está dejando de lado otra. Por ejemplo, si tienes 10,000 dólares para invertir en criptomonedas, y pones 6,000 en Bitcoin y 4,000 en altcoins, en teoría, le estás quitando 4,000 dólares a Bitcoin. Así que las altcoins se comen un trozo del pastel que podría ser todo para Bitcoin.

Pero, por otro lado, son aliadas. Las altcoins no solo compiten con Bitcoin, sino que también lo complementan. Al dar más opciones y variedad, las altcoins hacen que el mundo de las criptomonedas sea más interesante y movido, y eso le hace bien a todo el sector, incluido Bitcoin. Además, muchas altcoins se inspiran en la tecnología y el código de Bitcoin, y comparten información y recursos con los que hacen Bitcoin. Entonces, se podría decir que las altcoins son como las hermanitas de Bitcoin, que le hacen la competencia, pero también le echan una mano.

Ponte en el lugar de los fanáticos del maximalismo bitcoin. Tienes un proyecto que quiere reemplazar todas las monedas del mundo por una sola moneda escasa. Como un patrón oro. Pero hay una diferencia. En el pasado, el patrón oro se impuso con la ayuda de los gobiernos. Los ciudadanos no tenían opción. El Estado usaba la fuerza para hacer cumplir ese patrón. Ahora no es así.

El patrón bitcoin es un proyecto ciudadano. Se quiere establecer de forma voluntaria. Pero hay un problema. La gente empieza a usar otros “metales”. O sea, otras criptomonedas. Eso te frustra. Porque el uso de otros metales reduce el valor del dinero. Y hace más difícil tu proyecto. ¿Qué haces? En el pasado, la solución era prohibir los otros metales. Los gobiernos lo hacían. Ahora no puedes hacer eso. Entonces, la solución es hablar mal de los otros “metales” en las redes sociales. O sea, de las altcoins.

¿No te parece contradictorio? ¿no te parece irónico? Dices que defiendes la libertad y la descentralización. Pero quieres que todos usen tu moneda. Y que nadie pruebe o invente otras opciones. Parece que temes algo. Que Bitcoin no sea tan bueno como piensas. O que las altcoins tengan algo que Bitcoin no ofrece. Tal vez deberías ser más flexible y respetuoso. Y admitir que el mundo de las criptomonedas es variado y cambiante. Y que no existe una verdad única. Sino muchas alternativas y oportunidades. Y que, al final, el mercado elige qué monedas valen y cuáles no. Y que, por supuesto, no hay que ser tan serios. Ni molestarse por lo que opinen los demás. Porque, al fin y al cabo, esto es solo dinero. No una religión.

La diversidad es una ventaja del libre mercado. A los que quieren una sola moneda que controle el mundo, esto no les agrada. Pero al inversor que busca ganancias, la diversidad le ofrece posibilidades. Puede elegir entre distintas opciones, aprovechar los cambios de precios y diversificar sus inversiones. La diversidad estimula la competencia, la creatividad y la innovación.

Yo prefiero el caos de la diversidad al orden del dogma impuesto. Yo apoyo la pluralidad y el libre mercado. Que la utopía se base en la experiencia, la conveniencia y el pragmatismo. Las altcoins son un ejemplo de diversidad. Son rivales y aliadas al mismo tiempo. Como una familia que convive, pero que a veces se disputa algunas cosas. Como las tías que se retan a ver quién prepara el mejor postre.

¿Y tú qué prefieres? ¿Bitcoin, que es “aburrido” y “predecible”, o las altcoins, que son divertidas y sorprendentes? ¿El monopolio o la competencia? ¿El control o la libertad? Piensa bien, porque tu decisión puede cambiar tu futuro. Y ten cuidado, el mercado es diverso, pero no es ingenuo. Hay estafas y fraudes. No todo lo que reluce es oro, ni todo lo que sube es una buena inversión.

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