Un vistazo al «protocolo 20» de la Blockchain de Stellar
Desde su nacimiento, la blockchain de Stellar fue concebida como una red de pagos que se limitaba a la velocidad y bajos costos. Sin embargo, con el tiempo esa cualidad, excepcional en su momento, fue dejando atrás este proyecto ante las poderosas cadenas de bloques que surgieron luego.
En palabras simples, este fue el precio que pagó la red por ser una de las pioneras dentro del mercado de monedas digitales. De hecho, Stellar nació en 2014 como una propuesta de hacer pagos transfronterizos rápidos y seguros. Su creación estuvo a cargo de Jed McCaleb y Joyce Kim.
A pesar de que era una alternativa seria a Bitcoin, no pasó mucho para que aparecieran en la escena jugadores de peso como Ethereum. Las blockchains de propósitos múltiples llegaron a cumplir funciones asombrosas en relación con los contratos inteligentes, lo cual les otorgó posibilidades innumerables. No obstante, al menos en el caso de Ethereum, el gran problema era la escalabilidad.
De tal modo, propuestas como Stellar mantenían su vigencia y los usuarios las preferían al momento de hacer transacciones. Esa realidad cambió cuando aparecieron redes más completas como Ripple, Solana y Cardano, solo por nombrar algunas. Estas cuentan con una escalabilidad asombrosa, la cual se junta con la posibilidad de desarrollar aplicaciones descentralizadas por medio de contratos inteligentes.
La necesaria actualización de la blockchain de Stellar
Como se puede apreciar, la utilidad única de la blockchain de Stellar fue quitando brillo al proyecto a medida que avanzaba la tecnología. Esta realidad afecta a todas las esferas de la tecnología. Aunque Stellar llegó a ser una maravilla en su campo, había otras redes más amplias a su alrededor.
Precisamente, la cadena de bloques perdió la magia de ser una alternativa dado que otras redes tenían más funciones. Así, los desarrolladores comenzaron a plantearse la necesidad de aplicar cambios radicales y desde hace años venían preparando el denominado Protocolo 20. Soroban, es una actualización de la red que permite crear contratos inteligentes en Stellar.
La propuesta fue aprobada por los desarrolladores el pasado martes y se convierte en uno de los cambios históricos más importantes de la red. Ahora, con el renombre institucional que cosechó durante una década en cuanto a interoperabilidad, transferencias transfronterizas, etc., aparece la nueva función de smart contracts.
De este modo, la blockchain de Stellar pasa a las filas de las grandes en el terreno de los propósitos múltiples. ¿Es posible que la red pase al club de las denominadas Ethereum killers en el futuro? Solo el tiempo lo dirá.
Vale la pena aclarar que las funciones de transferencias transfronterizas de la red contenían numerosas ramificaciones que la hacían única. En ese sentido, considerarla como una simple red de pagos no hace justicia a las enormes posibilidades que esa exclusiva función ofrece.