La euforia por el Bitcoin y los riesgos en el corto plazo
En momentos de euforia en que el precio del bitcoin sube exponencialmente posiblemente resulte atinado realizar algunas reflexiones opinables sobre riesgos de corto y largo plazo vinculados con la operatoria y el diseño de este cripto-activo.
El ciclo actual del bitcoin parece replicar comportamientos anteriores con alzas cada vez más elevadas que luego fueron seguidas por caídas abruptas.
Algunas de las causas de estas subas son el ingreso estelar del bitcoin al mercado financiero tradicional gracias a la aprobación de la SEC de instrumentos denominados ETFs y la perspectiva de bajas en las tasas de interés en Estados Unidos; como así también el denominado “halving” que suele mencionarse como un factor clave de este nuevo ciclo alcista.
El “halving” consiste en que, aproximadamente cada 4 años, se reduce a la mitad la cantidad de bitcoins que se emiten como recompensa a los “mineros”, hasta llegar a emitir la cifra definitiva de 21 millones de bitcoins en aproximadamente el año 2140. Se calcula que el próximo “halving” ocurrirá el mes próximo, por lo que los mineros pasarán a recibir en ese momento una retribución de 3,125 bitcoins, en lugar de los 6,25 actuales.
El “halving” da pie para reflexionar sobre temas referidos al diseño del bitcoin.
Primero, lo que los defensores del bitcoin definen como el carácter deflacionario de este activo, señalando a la oferta decreciente de bitcoins (halving) a lo largo del tiempo como una ventaja. Si la idea de largo plazo del bitcoin es reemplazar a las monedas inflacionarias emitidas por Bancos Centrales en un mundo donde la única certeza que tenemos es que todo cambia; la productividad, las necesidades de la población, la ocurrencia de catástrofes inesperadas como la pandemia, fenómenos climáticos devastadores etc etc, mantener la oferta fija de un activo en base a una fórmula matemática inamovible parecería ser más un problema que una ventaja.
En segundo término, el “halving” implica que la recompensa que reciben los mineros va decreciendo a lo largo del tiempo. El diseño del bitcoin se basa en una muy ingeniosa y potente creación de incentivos, esto significa que los mineros van a seguir haciendo que la red bitcoin funcione mientras les resulte económicamente conveniente. Si en algún momento minar bitcoin se volviera antieconómico o apareciera una actividad más rentable sencillamente los mineros dejarán de minar bitcoin para volcarse a esa otra actividad y el funcionamiento de esta red estaría en problemas. Adicionalmente y en lo que hace a la minería de bitcoins algunos analistas creen que el halving acelerará aún más el proceso de concentración en pocos pools de minería afectando a la descentralización de esta red.
Otro tema a señalar tiene que ver con el impacto que nuevas tecnologías pueden tener en la red bitcoin en los próximos años.
Resulta llamativo el entusiasmo con que se abraza una nueva tecnología disruptiva y poderosa como blockchain rechazando al mismo tiempo la posibilidad concreta que otra innovadora ponga en jaque en el futuro a la vigente.
Sin embargo, si algo sabemos sobre estos avances es que las nuevas tecnologías “solapan” a las anteriores, y que esos cambios se van presentando cada vez con mayor rapidez en el tiempo.
Sin embargo ese futuro ya se avizora en el mediano plazo; y el fantástico esquema descentralizado que ideó Satoshi Nakamoto basado en el esfuerzo que las computadoras digitales actuales deben realizar para resolver esos complejos acertijos criptográficos puede verse afectado, por ejemplo, con el advenimiento de los poderosos computadores cuánticos.
Recientemente el BIS (Banco de Pagos Internacionales), publicó una serie de consideraciones y advertencias en referencia a la computación cuántica y su impacto en el sector bancario (BIS – Project LEAP, enero 2024) que, si bien se focalizan en entidades bancarias abarcan a todo el sistema financiero y sobre todo a los activos basados en criptografía, como el Bitcoin.
El documento del BIS sostiene que una vez que las computadoras cuánticas alcancen el tamaño y la potencia suficientes, van a ser capaces de quebrar los esquemas de cifrado criptográficos ampliamente utilizados hoy en día para garantizar la seguridad de las transacciones y los datos financieros. Esto hace que la computación cuántica constituya una de las amenazas de ciberseguridad más importantes que enfrenta el sistema financiero en su conjunto en el futuro.
Estos avances tecnológicos cuánticos tienen además un trasfondo geopolítico y empresarial. Existe una competencia estratégica a nivel mundial entre Estados Unidos y China por liderar la carrera tecnológica en general y desarrollar los procesadores cuánticos en particular. Mientras que en China este último esfuerzo lo concentra el Estado a través de universidades públicas en Occidente los avances cuánticos son liderados por grandes empresas privadas como IBM, Google o Amazon. Si bien no es inmediata la posibilidad de contar con procesadores cuánticos que puedan producirse en serie, ya se está trabajando con lenguajes de programación de las denominadas “compuertas cuánticas” (Qiskit es el principal lenguaje desarrollado por IBM para esto).
En nuestra región algunos países han empezado a prestarle atención a este fenómeno. En el Encuentro Anual DREX 2023 del Banco Central de Brasil, su presidente Roberto Campos Neto señaló el riesgo potencial, que tiene para todo nuestro sistema de seguridad informática basado en criptografía vulnerable ante la computación cuántica.
Muchos defensores del bitcoin minimizan los riesgos del desarrollo de las computadoras cuánticas remarcando que la capitalización de mercado del bitcoin aún resulta insignificante respecto al resto de los activos financieros globales que podrían ser amenazados por los computadores cuánticos.
Sin embargo existe una diferencia importante entre la red Bitcoin y el resto de los entes con gobiernos centralizados (bancos centrales, entidades financieras, entre otros).
Mientras que el carácter descentralizado de bitcoin complejiza la toma y ejecución de decisiones para responder ante cualquier amenaza, en los entes centralizados dicho proceso es mucho más ágil.
Incluso dentro del campo de Blockchains descentralizadas, Ethereum (la segunda criptomoneda/red más utilizada), ya está planeando cambios para convertirse en resistente a la amenaza de la computación cuántica. En diciembre pasado, su miembro fundador y referente, Vitalik Buterin publicó el plan de nuevas actualizaciones que se prevén para Ethereum, donde se contempla ir migrando la red a “safe quantum” (resistente a computación cuántica), por medio de la incorporación de ZKP – Pruebas de Conocimiento Cero.
Las Pruebas de Conocimiento Cero (Zero Knowledge Proof), son un complejo sistema de algoritmos criptográficos que permiten a un actor brindarle a otro, certeza de que posee determinada información, sin tener que revelar esa información. Se han utilizado para convertir transacciones “anónimas” hechas sobre la Blockchain, permitiendo romper la trazabilidad de cuentas (el caso más renombrado de esto fue Tornado Cash). Sin embargo, Ethereum apuesta a ZKP por dos motivos: conseguir una mucho mayor eficiencia de la red, y como lo mencionamos, convertirla en resistente a la amenaza del procesador cuántico.
Si bien estas amenazas no impactan en el ciclo alcista vigente no deberían perderse de vista por sus efectos en el mediano y largo plazo.
Pero volviendo al corto plazo y al frenesí que vuelve a despertar actualmente el llamado “oro digital”, en épocas de euforia donde el precio del activo apunta hacia el infinito, y más allá también, parece atinado recordarles a inversores minoristas algunas características referidas al bitcoin (que se hacen extensivas a otros cripto-activos):
- la mayoría de las transacciones que se realizan en redes centralizadas, como los exchanges, ocurren fuera de la red nativa de bitcoin con protocolos de seguridad y criterios que muchas veces son una incógnita,
- la conformación de precios a los que operan estos activos resulta como mínimo opaca y sumamente volátil,
- existe una maquinaria cripto-propagandística que no se detiene a aclarar riesgos,
- la custodia centralizada (como realizan generalmente los exchanges) de estos activos en muchos casos es laberíntica y azarosa,
- las jurisdicciones donde se dirimen posibles controversias se encuentran muchas veces en lugares alejados y hostiles a los ahorristas,
- existe una marcada asimetría en la información y en la utilización de instrumentos financieros complejos (como derivados) entre inversores más sofisticados y minoristas. En el periodo bajista iniciado hace un par de años estudios mostraron que los grandes inversores (denominados ballenas) pudieron desarmar sus posiciones a expensas de compradores minoristas,
- cuando se opera en forma descentralizada (P2P) y el ahorrista tiene la custodia de sus bitcoins debe tener cuidado con posibles estafas ya que quienes lo asesoran para operar en este segmento al igual que en el universo centralizado no están regulados por nadie,
- ante cualquier problema que sufran con sus bitcoins, o cualquier cripto-activo, no existe garantía de depósitos ni regulador que los proteja,
- sin mencionar la utilización que de esta red (y de otras) hacen lavadores, evasores, contrabandistas, traficantes y estafadores.
Dicho todo esto, lamentamos tener que interrumpir esta lista agorera de prevenciones (que tiene más ítems) para ir rápidamente a comprarnos unos satoshis y no quedarnos fuera de la fiesta.
Carlos Weitz– Ex presidente de CNV y Profesor de Fintech, Bigtechs, Criptoactivos y Monedas Digitales. Universidad de Buenos Aires
Daniel Díaz – Profesor de Tecnología de la Información. Universidad Nacional Rosario