¿Qué pasará con Worldcoin? se preguntan en Argentina tras el bloqueo de España
Worldcoin ha detenido sus actividades en el mercado español tras una orden de suspensión de la autoridad de protección de datos de ese país. Y ahora, en Argentina, donde persisten las filas de personas para escanearse el iris a cambio del token WLD, se preguntan cuál será la suerte del proyecto, cuando ocho países investigan los métodos que utiliza.
La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) anunció un «procedimiento de urgencia» del Artículo 66 contra Worldcoin bajo el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) de la Unión Europea. El regulador dijo que estaba actuando después de recibir una serie de quejas.
Mientras tanto, el municipio de Ituzaingó en Buenos Aires clausuró al boliche Club Leloir tras convertirse en el centro de operaciones de Worldcoin. El secretario de Gobierno de Ituzaingó, Juan Manuel Álvarez Luna, explicó que la clausura del establecimiento se debe a que permitía una actividad sin el debido permiso.
«Nadie sabe qué es lo que hacen con esos datos. Tampoco pidieron ninguna autorización al Municipio para realizarla», dijo Álvarez según informaron medios locales.
Por otro lado, el gobierno nacional busca que las autoridades de Mar del Plata, al sureste de la provincia de Buenos Aires, indique si Worldcoin tiene autorización para realizar su campaña de recolección de datos de iris. Y en ese sentido, introdujeron un expediente al Concejo Deliberante en busca de que el gobierno municipal informe sobre las condiciones en las que el proyecto de criptomoneda opera en la ciudad.
Adicionalmente, en Argentina hay una investigación abierta, desde agosto del año pasado, por parte de la Agencia de Acceso a la Información Pública (AAIP), como lo informó CriptoNoticias.
Posterior a ello, el gobierno argentino informó, en enero, que avanzaba en las investigaciones para determinar la posible existencia de violaciones a la Ley 25.326 de Protección de Datos Personales del país suramericano. Informó que hacía seguimiento a las denuncias recibidas sobre posibles vulneraciones a la privacidad.
En todo caso es de destacar que la ley de protección de datos de Argentina, sancionada en el año 2000, tiene más de 20 años de antigüedad y en junio del año pasado fue remitida a la Cámara de Diputados en medio de un proceso de discusión y actualización que todavía no se ha completado.
El nuevo marco legal que aún está en revisión pretende sentar las bases para una protección de datos más sólida en la era digital.
De hecho, se apoya en el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la Unión Europea, el Convenio 108 del Consejo de Europa, las recomendaciones de ética en inteligencia artificial de la UNESCO, entre otros, pero aún no está listo para su aplicación, por lo que no queda del todo claro cómo los organismos reguladores pueden actuar para proteger a los argentinos de una posible vulnerabilidad de sus datos privados.
El escaneo de iris es una fiebre en Argentina
Wordcoin ha instalado unos stands con sus Orb (dispositivos para el escaneo de iris) en unas 60 localidades de Argentina, la mayoría de ellos en la ciudad de Buenos Aires, Mar de Plata, Mendoza, Córdoba y Bariloche, tal como lo especifica la fundación en su sitio web, cada persona que decida escanear su iris recibirá casi 70 dólares en el token WLD y adicionalmente se va con la promesa de que recibirá gratis 3 WLD (casi USD 30) cada 15 días, un botín que luce apetecible a los ojos de los argentinos, quienes permanecen en largas filas para colocar sus iris a merced de los Orb.
Aunque Worldcoin asegura que la información recopilada se elimina inmediatamente, la letra pequeña indica que esto solo ocurre si las personas así lo expresan de manera explícita. Adicionalmente hay nuevos especialistas advirtiendo cada día sobre los riesgos de seguridad que implica el escaneo de datos biométricos y que estos queden en las bases de datos de las empresas.
Worldcoin dijo a CriptoNoticias que no hay nada que temer ya que su intención es escanear el iris de las personas como una forma infalible de distinguir a los humanos de la inteligencia artificial, en la nueva era del desarrollo tecnológico.