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Criptomonedas ecológicas: una revolución verde en el mundo de las monedas digitales y sus beneficios

Las criptomonedas forman parte de un nuevo mundo para las empresas y participan activamente en sus métodos de seguridad. A muchas personas, les parecerá imposible que a estas alturas haya gente que aún no sepa qué son o cómo funcionan las criptomonedas. Sin embargo, lo que muchas menos personas conocen son las criptomonedas ecológicas.

En plena era de la evolución diaria, lo digital siempre ocupa el primer puesto. Las empresas están continuamente buscando alternativas y mejoras en sus sistemas, como también pasa con muchas personas que conocen su funcionamiento y quieren exprimir al máximo sus beneficios.

Las criptomonedas son activos digitales que emplean un cifrado criptográfico para garantizar la seguridad de las transacciones. Son monedas que no existen de forma física, por lo que se almacenan en una cartera digital.

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El bitcoin fue la primera criptomoneda que nació bajo la tecnología blockchain en el año 2009 por un individuo o un grupo de personas bajo el pseudónimo de Satoshi Nakamoto. Al igual que el resto de criptomonedas, no existe ningún tipo de regulación para ella.

Desde entonces, han surgido miles de criptomonedas, cada una con sus características y propósitos únicos. La gran existencia de estos activos se da porque cualquier persona con conocimientos en criptografía o programación puede clonar el código de una criptomoneda y, en dicho caso, crearla.

Dentro de este nuevo mundo de clonación y creación de nuevas criptomonedas, el consumo energético es el primer implicado debido a los niveles de computación requeridos. Con el objetivo de mejorar el impacto de la industria en el medioambiente, se originaron unas que apoyan la sostenibilidad.

¿Criptomonedas ecológicas?

Con intención de minimizar la huella de carbono asociada a las monedas digitales y siguiendo con la evolución digital que caracteriza al sector, se han desarrollado modelos alternativos con un impacto inferior en el medioambiente.

Las criptomonedas ecológicas fueron diseñadas para ser más respetuosas con el planeta, utilizando menos energía para extraer y procesar transacciones, reduciendo así su huella de carbono.

Para que las criptomonedas ecológicas sean igual de eficaces, es fundamental conseguir un mecanismo criptográfico eficiente, analizar e inspeccionar su proceso de creación y mantenimiento de los bloques de información.

Casi todas las monedas digitales se producen a través de una ‘minería’. Este proceso es el que la nueva versión ecológica quiere replantear para reducir su consumo de energía.

Para saber la cantidad de energía que consumen las criptomonedas habituales, según un estudio de la Universidad de Cambridge, la minería de bitcoin consume alrededor de 121 teravatios-hora de electricidad al año, lo que equivale al consumo eléctrico anual de la República de Irlanda.

Una ‘minería’ diferente

El control de las monedas digitales funciona a través de la famosa blockchain o más conocida como base de datos descentralizada. El funcionamiento de esta base de datos consiste en acumular información en múltiples terminales conectados entre sí, que la distribuyen en tiempo real.

Las transacciones de cada bloque se controlan a través de ordenadores y mediante un protocolo de validación al que se asocia el nombre ‘minería de datos’. Este sistema hace posible que los datos se registren y se entrelacen, facilitando su recuperación y validación.

Esta minería consume mucha electricidad debido a los ordenadores de alta potencia que se utilizan para ello, además de la utilización de energía de fuentes no renovables como el carbón, que producen en el planeta emisiones nocivas.

Con el fin de conseguir menos efectos perjudiciales para el planeta, las criptomonedas ecológicas buscan una nueva oportunidad de continuar en el mercado, a partir de innovar en el desarrollo y producción de una minería diferente.

Tres criptomonedas ecológicas

  • Cardano

    Cardano consume una energía significativamente menor en comparación con otras criptomonedas gracias a su algoritmo de consenso PoS llamado Ouroboros, que selecciona validadores al azar.

  • Nano

    Esta modela digital no requiere minería como otras criptomonedas, emplea una arquitectura llamada votación abierta representativa (ORV) para votar por los representantes que confirman las transacciones de blockchain en nombre de otros usuarios. Este enfoque da como resultado un consumo mínimo de energía.

  • Solana

    De las más eficientes en su enfoque energético, emplea un algoritmo de consenso llamado Prueba de historial (PoH), que marca el tiempo de las transacciones antes de que se agreguen a la cadena de bloques. Este proceso reduce el consumo de energía y proporciona una alternativa más sostenible a la minería tradicional.

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