Minado

El fin de la minería cripto en Argentina

Tal vez la realidad no sea tan dura como lo que postula el título, pero la minería de criptomonedas está a punto de experimentar un cambio radical en la Argentina, en el que habrá más perdedores que ganadores.

La cola del ratón

Hace poco más de dos años, Kevin, que trabajaba en una empresa cripto, convenció a sus hermanos para juntar u$s9.000 y comprar entre todos un equipo de minería, con la promesa de ganar entre u$s300 y u$s400 por mes. Lo de ellos era apenas una pequeña operación, parte de la naciente moda de nuevos mineros en Argentina, que les permitía operar debajo del radar de la AFIP mientras su consumo de electricidad no fuera anormal. Las cuentas daban.

El equipo consumía 1 kw/h (kilowatt/hora) lo que, sin contar los gastos de internet, aire acondicionado, luz, etc, les dejaba unos u$s350 por mes. Es decir que si todo se mantenía igual, al cabo de dos años y medio recuperaban la inversión y al cabo de cuatro, cuando el equipo se tornaba obsoleto y enfrentaban un “halving” del Bitcoin, se hacían de u$s6.300, un interesante rendimiento de 14% anual en dólares. Pero no era esto lo que entusiasmaba a los muchachos.

En enero, cuando el BTC tocaba U$D 40,600, el más famoso de los gurúes locales (hoy devenido en fallido político) comenzó a lanzar una serie de augurios: “En lo que resta de 2021 la criptomoneda alcanzara los 95.000 dólares por unidad”, en mayo subió aún más las apuestas “Nuevo objetivo del Bitcoin, a más tardar para junio de 2022, es U$D 128,837. Pero en el mediano y largo plazo estimo escalará hasta los U$D 476,722 USD, ideal este nivel para el mes de mayo de 2024… Todo va excelente”, en julio volvía con “En menos de un año la criptomoneda se moverá entre las bandas de 357.000 y 464.000 dólares y en noviembre campaneaba, “en algún punto de 2026 el BTC llegará a 1.6 millones de dólares”

Lo que pasó lo sabemos todos (al escribir estas lineas el BTC vale casi un décimo de lo que pronosticaba el charlatán), pero en aquel entonces esto fue mas que suficiente para entuiasmar a Kevin y sus hermanos, que si se cumplian algunas de las promesas del “influencer” -cuando comenzaron su operación el BTC rondaba los U$D 50.800- se veían embolsando mas de U$D 170,000.

La cabeza del león

Mientras se desarrollaba la historia de los hermanos -principios de noviembre de 2021-, la canadiense Bitfarms Ltd. (BITF) anunciaba que estaba instalando un “farm” (granja) en Tierra del Fuego para “cosechar” criptomonedas, aprovechando el bajo costo de la energía, el clima frio y la desgravación impositiva, estimando ganar unos U$D 650 millones (la idea inicial de instalarse en Córdoba, se cayó).

Bitfarm había sido creada por dos argentinos en 2017, Emiliano Grodzki y Nicolas Bonta, siendo la primer firma de rubro que abrió su capital al público en la Bolsa de Toronto en 2019. Lo que consiguió la minera es un contrato a ocho años para la provisión de energía por 50MW/h, extensible a 210MW/h, que le permitiría instalar unas 55,000 máquinas, convirtiéndose en el mayor activo de la sociedad, con su capacidad de extraer 11774 bitcoins. Mas allá de las otras ventajas y prebendas, la clave en esto era el bajo costo de la electricidad, u$s0.022 kw/h pactado para los primeros cuatro años de la operación -por ese entonces el costo en el mercado internacional era de u$s0.06 kw/h- merced a los fuertes subsidios que recibía CAMESA del Gobierno Nacional.

Hoy nos olvidamos, pero el auge de la actividad en aquel entonces era tal que, Bitfarm que ya contaba con 6 granjas en Canadá y los EE. UU. y arrancaba su proyecto en Paraguay (en 2022 el gobierno sancionó una ley buscando atraer a los grandes mineros de Criptos, celebrando un contrato de arrendamiento a cinco años para la adquisición de 10 MW de energía hidroeléctrica, unas 8,000 máquinas) competía cabeza a cabeza con otros unicornios argentinos como Mercado Libre y Globant, al superar los U$D 1.200 millones de capitalización. No es que fuera la única minera que se instaló en el país, aparecieron otras como CriptoLab o Bit Patagonia, pero sin dudas fue la principal.

Y acá es donde entra China. Desde principios de 2021 venían arreciando los rumores que China, históricamente el principal centro de minería cripto del mundo -en septiembre de 2019 el 75% de las operaciones se procesaban allí- prohibiría la actividad, lo que generó el traslado de las granjas hacia otros países. Si bien hubo algunos rumores de una migración significativa hacia la Argentina, no vimos ninguna ola “amarilla” y los más beneficiados cuando Bejín prohibió la actividad, fueron los EE.UU. desde entonces el líder en global -más por razones estratégicas que económicas, el costo de minar un bitcoin supera los U$D 21,000- con centro en Texas, Kazajstán, Canadá y Rusia. Claro que, siendo China, China, del parate total en agosto y a pesar de las penas de más de 10 años de prisión, para enero de 2022 el país se colocaba en el segundo puesto del ranking, con más del 20% de las operaciones mundiales y en lugar de mirar hacia nuestro país, los chinos comenzaron a mirar a…

Etiopía

El mayor inconveniente con la minería cripto es el altísimo consumo de energía que involucra (más del 80% de los costos son en electricidad) que sobrecarga las redes locales y tiende a encontrar un techo para su desarrollo en la capacidad de producción. Así Irán y Kazajstán que en un primer momento fueron muy receptivas a los mineros, están siguiendo los pasos de China, buscando sacárselos de encima.

En 2022 Etiopía comenzó a producir electricidad desde el Dique Hidase, construido y financiado por los chinos, que cuando este completo le permitirá generar 5.15 giga watts, duplicando su capacidad actual para quedar entre las 20 mayores plantas de energía hidroeléctrica eléctrica del mundo. Hoy Etiopía tiene el segundo menor costo de electricidad del mundo para los hogares (solo detrás de Irán), U$D 0.006 por kw/h, y el sexto más bajo para la industria U$D 0.023 por kw/h (apenas detrás de países como Libia, Siria, Angola e Irán es menor).

Esto y la decisión del Gobierno etíope de fomentar la minería cripto -la negociación sigue prohibida- liberando de impuestos a la importación de los equipos, han hecho que desde septiembre del año pasado el país se convirtiera en el mayor receptor de máquinas del mundo, celebrando contratos con 21 mineras, 19 de ellas chinas.

Si bien oficialmente se ha suspendido la entrega de nuevos permisos a la espera de evaluar la situación, los entrepreneurs chinos, que no se detienen, están abriendo mineras bajo el disfraz de factorías o empresas agrícolas, mientras las autoridades locales miran a otro lado, para no enemistar su mayor socio comercial.

Es cierto que, por ahora, las mineras deberán pagar una tasa fija u$s0.0314 por kw/h en dólares norteamericanos, similar a la texana (aunque menos volátil), pro esta bajará en la medida que se puedan conectar a la nueva red. El primero de estos grandes proyectos es el de BitCluster una planta de 120 MW/h -más del doble de la de Bitfarm en Tierra del Fuego- sobre un terreno de 30.000 metros cuadrados en Addis Abeba, que comenzó a funcionar el mes pasado. A .2400 metros sobre el nivel del mar, con un bajo índice de polvo en el aire, una temperatura media de 12-23Cº (el ideal ar las granjas es 5 15Cº) y a 40 minutos en auto del Aeropuerto Internacional de Bole -el mayor “hub” aéreo de África-, la especulación es que cuando el reservorio de Hidase esté lleno, Etiopia compita cabeza a cabeza con Texas, que hoy es responsable de generar un cuarto de toda la capacidad para crear bitcoin en el mundo.

Argentina

Volviendo a nuestras tierras… que es lo que realmente nos interesa. Más arriba comentaba que cuando Bitfarms se estaba instalado en Tierra del Fuego “competía cabeza a cabeza con otros unicornios argentinos como Mercado Libre y Globant, al superar en octubre de 2021 los U$D 1.200 millones de capitalización”. Desde aquel entonces el Bitcoin trepa 8%, las acciones de Mercado Libre 4%, las de Globant caen 14% y las de Bitfarms se derrumbaron 34%.

Puede ser que la caída sea un descremen natural, un reflejo de los pobres resultados de la compañía o alguna otra cuestión, pero a esta altura uno no pude dejar de preguntarse si la baja de BITF y las otras mineras que operan en Argentina está recogiendo todo lo que está por suceder.

El año pasado Argentina era considerado el país Latinoamericano más rentable para la minería cripto con un precio estimado de la energía de u$s0.053 kw/h para los residenciales y U$D 0.077 para las industrias. Es cierto que las mineras tienen contratos firmes con sus proveedores eléctricos, pero más allá de estos, al eliminarse los subsidios de CAMESA (unos u$s5.200 millones anuales) y comenzar a ajustar las tarifas, entra a correr en riesgo la supervivencia de esos proveedores, lo que hace difícil anticipar que puede llegar a pasar.

Pero lo concreto es que sin subsidios, las mineras de criptomonedas tradicionales entran a temblar en la Argentina (esto en nada afectará la fiebre por las criptomonedas de los argentinos).

Si bien podemos hacer estimaciones en base a los incrementos para los grandes usuarios que ya anunció la Administración Nacional (a partir de marzo sería el turno para medianos y pequeños consumidores), aun es demasiado pronto para hacer alguna proyección relativamente realista sobre qué puede pasar con mercado local de criptomineras. No olvidemos que, así como hace tres años las mineras se fueron de China a Kazajstán y de Kazajstán hoy están saltando a Etiopía, para quienes apostaron por Argentina es solo una cuestión de agarrar sus petates y mudarse a otra parte.

Lo que es claro es que pase lo que pase, aún quedan oportunidades, aunque con otro jugadores y en el lugar menos pensado: Vaca Muerta. A esto es a lo que apuntan los proyectos de Tecpetrol y Plus Petrol para producir energía de manera local con el gas excedente -que no puede vender por cuestiones de infraestructura- y minar con ella criptomonedas, que se suman a la planta piloto que impulsó YPF de 9 MW/h y las acciones de Pampa Energía, Petrocuyo y Crusoe Energy. No esperemos que Vaca Muerta se convierta en un centro mundial de minado, pero sin dudas la estrategia es una buena alternativa para maximizar los ingresos y frenar el venteado el gas a la atmosfera.

¿Pero qué pasó con Kevin y sus hermanos? Hoy, con el Bitcoin “volado a u$s47,000, después de haber tocado un mínimo de u$s15,772 el 21 de noviembre del 22, su equipo de ha sido desguazado, lo que se pudo vender se vendió y la habitación en la casa de sus padres volvió a sus antiguas funciones de depósito. Afortunadamente, los hermanos, se quieren como nunca.

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