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El Salvador de Nayib Bukele se ha convertido en una historia de éxito de extrema derecha con Bitcoin

Nayib Bukele, de 43 años, ha convertido a El Salvador en un país como ningún otro, combinando autoritarismo con innovación digital. El pequeño país centroamericano ha pasado de ser uno de los más violentos del mundo a pasar 24 días consecutivos sin asesinatos en diciembre.

¿La guinda del pastel? Bitcoin , la medida emblemática de Nayib desde 2021, superó los 100.000 dólares y el FMI acordó prestar 1.400 millones de dólares, allanando el camino para otros 2.200 millones de dólares en financiación internacional.

Nayib es más que un político. Alguna vez fue un ejecutivo de publicidad y ahora es una figura global. Su capacidad para promocionar a El Salvador como un “paraíso criptográfico” y un destino para los surfistas ha causado sensación a nivel internacional. Con casi 7 millones de seguidores en X, Nayib se autodenomina un “Rey Filósofo”.

Voces conservadoras, incluidas Tucker Carlson, Elon Musk y Donald Trump, lo ven como un líder modelo. Elon incluso sugirió que Estados Unidos podría tomar notas sobre cómo combatir el crimen.

Bitcoin y el foco internacional

Al adoptar Bitcoin como moneda de curso legal, Nayib hizo una apuesta que está dando sus frutos, al menos por ahora. Los turistas acuden en masa a Surf City, un tramo de playas marcado bajo su visión, y Google incluso abrió oficinas en San Salvador en 2024.

Los llamativos videos del dent en las redes sociales muestran nuevas autopistas, rascacielos y actualizaciones Bitcoin , todos diseñados para impresionar al público internacional.

Nayib domina el arte de la óptica. La Biblioteca Nacional de San Salvador, un regalo de China, se eleva como símbolo de su visión. Tiene siete pisos, tiene capacidad para personas con discapacidad e incluye libros en español, inglés y náhuatl.

Alrededor de la capital, zonas que alguna vez fueron peligrosas se han transformado. “Solía ​​ser asaltado a punta de pistola todo el tiempo”, dijo José Antonio Gómez, un repartidor. “Ahora veo familias caminando con cochecitos de bebé”.

Sin embargo, el crecimiento económico ha sido modesto. El FMI espera un 3% este año, menos que sus pares regionales. Pero el cambio de imagen de El Salvador por parte de Nayib es innegable.

Un banquero de desarrollo describió la era anterior a Nayib de la siguiente manera: “Una cuarta parte del PIB provino de remesas. El pago promedio era de 400 dólares al mes y después de seis años, los migrantes dejaron de enviar dinero”.

La represión: reducción del crimen, cárceles llenas

La estrategia de Nayib para combatir el crimen ha merecido tanto aplausos como condenas. Desde marzo de 2022, más de 83.000 personas han sido encarceladas bajo el estado de emergencia. Eso es 3 de cada 100 hombres adultos en El Salvador, muchos de ellos en espera de juicio.

Los críticos lo llaman una violación de los derechos básicos, pero Nayib no se inmuta. “Algunos dicen que hemos encarcelado a miles, pero en realidad hemos liberado a millones”, dijo a la ONU.

CECOT, la prisión de máxima seguridad cerca de Tecoluca, es la pieza central de esta represión. Considerada la cárcel más grande de América, alberga alrededor de 18.000 reclusos. Las condiciones son duras: literas de metal sin colchones, luces las 24 horas y sólo una hora de ejercicio diario.

Cristosal, un grupo local de derechos humanos, revisó 1.200 arrestos y encontró que la mayoría estaban detenidos por cargos vagos de “conspiración”. Aun así, los índices de aprobación de Nayib se elevan por encima del 90%. Según informes, incluso algunos presos votaron por él. Sus partidarios argumentan que la seguridad justifica los medios. ¿Pero qué derechos tienes si estás muerto?

Mientras tanto, Alejandro Muyshondt, exasesor de seguridad nacional, acusó a los funcionarios de corrupción. Horas más tarde fue detenido. Seis meses después, estaba muerto. Su cuerpo, entregado a su familia, mostraba signos de lo que parecía más una tortura que una cirugía de emergencia.

Su muerte, y otras similares, encajan en un patrón más amplio de presuntos abusos contra los derechos humanos. Los escándalos de vigilancia relacionados con el software espía Pegasus y las demandas contra NSO, su fabricante israelí, nublan aún más la imagen de Nayib.

Aun así, el FMI llegó a un acuerdo de 1.400 millones de dólares con El Salvador en diciembre. Esto ha generado críticas. Juan Pappier, de Human Rights Watch, dijo que el desprecio de Nayib por el estado de derecho lo convierte en “un compañero de cama poco confiable”. Pero el FMI insiste en que tuvo que ayudar ya que el programa abordaba cuestiones de balanza de pagos.

Los críticos de Nayib temen su consolidación en el poder. Su partido controla el Congreso y ha extendido el estado de emergencia 34 veces. Se han suspendido derechos civiles como la libertad de asociación y la defensa jurídica. No hay oposición política. Nayib controla todas las palancas del poder.

Al comenzar su segundo mandato de cinco años, surgen preguntas sobre el futuro. ¿Renunciará en 2029 o seguirá el manual de los líderes latinoamericanos que han gobernado durante mucho tiempo? Sus exhibiciones doradas, como retratos de él y su esposa flanqueando sellos dent en el aeropuerto, evocan recuerdos de dictadores pasados.

Las ambiciones de Nayib parecen ilimitadas. Sus asesores lo describen como matic , dispuesto a privatizar o dar ayuda dependiendo de la situación. “Su modelo es Singapur o Corea del Sur”, dijo un asistente. Pero el camino hacia esa visión conlleva costos crecientes.

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