La batalla por hacer de bitcoin una reserva estratégica ya comienza en EE. UU.
La propuesta está sobre la mesa. Y a medida que la idea de convertir a bitcoin (BTC) en parte de las reservas estratégicas de los Estados va ganando fuerza, también crecen los detractores.
El plan ha sido presentado en un proyecto de ley de la senadora republicana Cynthia Lummis y ha sido apoyado por el expresidente y candidato Donald Trump, como una de las vías para solucionar la crisis de la deuda que afecta a Estados Unidos.
El plan contempla la inclusión de la moneda digital como parte de las reservas, a través de la compra de un millón de bitcoins (el 5% de la circulación total de la moneda) en los próximos cinco años. «Se aprovecharía la capacidad de apreciación que tiene BTC», explica Lummis en una entrevista, reiterando el potencial de la moneda digital de revalorizarse tanto o más que el oro.
De hecho, «sabemos que bitcoin crece más rápido que el oro», acotó la senadora, recordando que la tendencia histórica de la criptomoneda registra una tasa compuesta de crecimiento anual de más del 60% en la última década. Una situación que, a juicio de Lummis, continuará en los próximos años.
Con base en esta característica, la legisladora considera que la implementación de este plan sería muy favorable para la economía de Estados Unidos, e incluso para cualquier otro país o jurisdicción.
Asegura, en ese sentido, que el único país que la ha puesto en marcha es El Salvador, y las ganancias obtenidas en tres años ya rondan el 35%. También lo contempla el estado de Luisiana en EE. UU., donde el gobernador Jeff Landry firmó la ley House Bill 488, que garantiza el derecho a usar bitcoin.
Pero es justamente esta falta de precedentes uno de los factores que pone en tela de juicio la propuesta, abriendo el campo para una batalla -a favor y en contra- que ya se asoma en el horizonte. Los defensores y los detractores de bitcoin como reserva comienzan a exponer sus argumentos.
Hay miedo a perder el control sobre el dinero
Como punto a favor, Lummis asegura que Estados Unidos tiene la oportunidad de mantenerse como líder en la industria de las criptomonedas, pues tiene el potencial y las herramientas para ello. Cuestiona el hecho de que la administración del presidente de Joe Biden haya puesto en peligro ese liderazgo con sus medidas anti-bitcoin.
Señala, asimismo, el impacto global que una decisión de esta magnitud causaría, tomando en cuenta la posición que ocupa Estados Unidos en la economía global. De ahí que uno de los principales puntos de fricción tiene que ver con la posición mundial del dólar.
Vitaliy Katsenelson, inversionista y autor de varios libros, expresa su opinión al respecto al considerar que la inclusión de BTC en las reservas es «muy mala» porque mermaría el estatus del dólar en un momento en el que «el sentimiento hacia la moneda está a prueba».
«Si Trump gana, esta política gubernamental cambiará la historia de bitcoin, legitimándolo e impulsando su uso como moneda de reserva en detrimento del dólar», indica Katsenelson en un artículo de opinión.
Bitcoin no está controlado por nadie, ni siquiera por el gobierno estadounidense. No podemos imprimir más para financiar la condonación de la deuda médica o estudiantil, ayudar con el pago inicial a compradores primerizos o reducir los impuestos cuando tenemos enormes déficits presupuestarios. ¿Qué pasará si los desconocidos se enamoran de otra historia que no sea verde y que no tenga fotos de los presidentes de EE.UU.?
Vitaliy Katsenelson.
Los temores del inversionista se enfocan en el nuevo papel que jugaría el dólar en la economía si bitcoin entre en las reservas, viéndose posiblemente disminuido. Esto, ante el auge en la adopción mundial de la criptomoneda que se derivaría de una decisión de esta magnitud.
En ese sentido, hay quienes consideran que bitcoin rescataría al dólar de la debacle, en un escenario donde hay un bloque de países que impulsa el proceso de desdolarización y que los bancos centrales ya están diversificando sus reservas. Es lo que apuntan analistas en un informe del exchange River, reseñado por CriptoNoticias.
Pero «el dinero es algo más que papel verde con las caras de presidentes muertos. Hay muchas maneras de definirlo. Una forma de verlo es como un derecho sobre el poder productivo y los activos de un país, que refleja el valor de la producción económica de una nación», cuestiona Katsenelson.
Se trata de un planteamiento que comparte Lummis, pero con una visión a favor de bitcoin y de la filosofía que defiende la soberanía financiera. «Quien controla el dinero, controla a la gente», resalta la senadora, indicando que el miedo que causa la moneda creada por Satoshi Nakamoto entre los poderosos es «perder el control sobre la gente».
Es por ello que se espera que la lucha arrecie, si se quiere lograr que BTC entre en las reservas de Estados Unidos. Lummis planea seguir adelante con el proyecto de ley, y asegura que tiene el respaldo de Trump si llega a la presidencia. Habrá que esperar cómo se desenvuelven los debates en el Congreso y las acciones bipartidistas.
El debate apenas comienza
Por lo pronto, hay quienes ven la propuesta como poco realista y ven difícil que se haga realidad a corto plazo. Tal como comenta Ari Paul, director de información de BlockTower Capital, «apostaría 10:1 en contra de que EE. UU. agregue bitcoin como reserva estratégica en los próximos 4 años».
Las políticas que rigen a la Reserva Federal serían uno de los principales obstáculos al no contemplar a las monedas digitales, por lo que se piensa que antes de agregar BTC a las reservas hay que hacer muchos cambios en la legislación vigente.
«La gente no cree que EE. UU. podría implementar una Reserva Estratégica de Bitcoin, pero en este punto es inevitable», declaró Dennis Porter, CEO y cofundador de Satoshi Act Fund. «Todos deberían tener una reserva estratégica de Bitcoin. Tú. Tu familia. Tu negocio. Tu ciudad. Tu estado. Tu país. Todos», añadió Michael Goldstein, presidente del Satoshi Nakamoto Institute.
Crece así el debate, en medio de la certeza y el escepticismo. Esto, al tiempo que bitcoin gana más terreno en el escenario político de Estados Unidos y el mundo.