La dificultad de minar Bitcoin en 2024 aumenta velozmente
El 2023 fue un año de avances en la minería de Bitcoin. El crecimiento del hashrate de la red llevó, tal y como establece el protocolo, a ajustes de dificultad ascendentes. Desde los primeros días de 2024, la tendencia se acrecentó, con un incremento ya cercano al 15%.
La dificultad para minar Bitcoin se encuentra en los 81,7 billones (trillions o simplemente ‘T’ en inglés). Además de ser un máximo histórico para esta medición en la red, la cifra indica un salto del 8% con respecto a la dificultad de las últimas semanas.
La dificultad en la minería de Bitcoin se refiere a la medida de cuán complicado es encontrar el hash para sumar un nuevo bloque a la contabilidad de la red. Esta dificultad se ajusta aproximadamente cada dos semanas (o 2.016 bloques) para asegurarse de que el tiempo promedio entre bloques sea de aproximadamente 10 minutos. Cuánto más aumenta el hashrate en Bitcoin, más sube la dificultad, y viceversa.
Y el hashrate de Bitcoin ha subido, precisamente. Hace 6 meses, rondaba los 447 EH/s, mientras que al cierre de esta nota se encuentra en 614 EH/s. Es decir, creció un 37%.
Impacto de la dificultad en la minería de Bitcoin
El incremento de la dificultad de minado en Bitcoin aumenta las exigencias para los mineros. En otras palabras, estos necesitan de equipos más eficientes —más potentes y que gasten menos energía— para seguir siendo competitivos en la industria.
En ese proceso se encuentran los mineros. Como se ha reportado en CriptoNoticias, los grandes mineros están vendiendo sus reservas para invertir en nuevos equipos, además de conseguir un soporte financiero que les permita afrontar los gastos una vez que las recompensas se reduzcan a la mitad con el halving, programado para abril de 2024.
Lo que juega a favor de los mineros es el precio de bitcoin (BTC). La principal criptomoneda se ha apreciado un 21% en los últimos 3 meses, y ya superó la línea de los USD 52.000, hito que no lograba desde fines de 2021. Gracias a ello, los mineros compensan posibles caídas de rentabilidad a raíz del halving y de la creciente competencia en la minería.