La reacción de la Reserva Federal a los aranceles de Trump será poderosa y bastante negativa
La promesa de Donald Trump de aplicar aranceles masivos a las importaciones en cuanto regrese al Óvalo podría provocar una reacción en cadena de la Reserva Federal que tal vez no anticipe… o que no le guste.
El banco central de Estados Unidos, dirigido por Jerome Powell, ha luchado contra la inflación con agresivas subidas de tipos desde 2022, y los planes arancelarios de Trump podrían complicar su ya delicado acto de equilibrio. ¿El resultado? Costos crecientes para todos y un banco central atrapado entre luchar contra la inflación y evitar el desastre económico.
Trump habla de un cargo del 20% sobre todas las importaciones y de hasta el 60% para los productos procedentes de China. Apenas la semana pasada, amenazó con aranceles del 25% a México y Canadá –dos de los mayores socios comerciales de Estados Unidos– en su primer día de regreso al cargo. Para las empresas, eso significa costos disparados. Para la Reserva Federal, significa un dolor de cabeza inflacionario.
Los aranceles obligarán a la Reserva Federal a actuar
El trabajo de la Reserva Federal es mantener la inflación bajo control y la economía estable. Pero los aranceles, como los que propone Trump, lo hacen casi imposible. Hacen subir los precios en todos los ámbitos. Las empresas trasladan estos costos más altos a los consumidores y, de repente, la lucha contra la inflación que Powell ha estado librando durante años se vuelve mucho más difícil.
Durante el primer mandato de Trump, la Reserva Federal realizó simulaciones para predecir los efectos económicos de un aumento arancelario del 15% sobre todas las importaciones. Los resultados fueron sombríos.
Los economistas de la Reserva Federal pronosticaron que los costos para los hogares y las empresas aumentarían, el gasto caería y la inflación se dispararía temporalmente. Para suavizar el golpe, sugirieron recortar las tasas de interés. Eso fue cuando la inflación estaba bajo control.
Ahora la situación es peor. La inflación alcanzó un máximo de 40 años en 2022 y todavía está por encima del objetivo del 2% de la Reserva Federal. Powell y su equipo no pueden permitirse el lujo de permitir que vuelva a subir, incluso si es causado por los aranceles. Es poco probable que esta vez la Reserva Federal responda con recortes de tipos.
En cambio, podrían verse obligados a subir las tasas, exactamente el tipo de medida que Trump odió durante su primer mandato. Justin Weidner, economista del Deutsche Bank, dice que la Reserva Federal podría incluso omitir por completo los recortes de tasas planeados. “Los aumentos temporales de precios derivados de los aranceles podrían mantener a la Reserva Federal al margen”, explica.
Pero el verdadero desafío son los mensajes. Powell no puede restar importancia a los picos de inflación después del error pospandémico de la Reserva Federal al llamar a la inflación “transitoria”. Ese error dañó su credibilidad y no están dispuestos a repetirlo.
En cambio, Bloomberg predice que probablemente etiquetarán cualquier inflación impulsada por los aranceles como “elevada debido a los efectos de los aranceles” para separarla de tendencias económicas más amplias.
El plan del primer día de Trump: aranceles y caos
El aumento de los costos de los bienes importados podría perjudicar a las empresas y a los consumidores, lo que provocaría precios más altos en todas partes, desde las tiendas de comestibles hasta las obras de construcción.
Powell ha sido claro en que la Reserva Federal responderá a las políticas sólo después de que hayan sido promulgadas. Esto significa que los planes arancelarios de Trump no se tendrán en cuenta en la reunión de diciembre de la Reserva Federal, donde se espera un recorte de tipos.
Pero la reunión de enero, pocos días después de la toma de posesión de Trump, será una historia diferente si se aplican los aranceles del primer día. La Reserva Federal tendrá que actuar con rapidez si la inflación aumenta.
Este no es un territorio desconocido para Powell. En 2018, la Reserva Federal realizó un ejercicio para prepararse para un escenario de inflación impulsada por los aranceles. Asumieron un aumento del 15% en todas las importaciones no petroleras, junto con aranceles de represalia por parte de los socios comerciales. Los resultados fueron feos.
La inflación aumentó marcadamente en el corto plazo, mientras que la productividad se desplomó a medida que las industrias luchaban por adaptarse. Los economistas de la Reserva Federal propusieron dos respuestas: aumentar las tasas para combatir la inflación o recortar las tasas para apoyar el crecimiento. Eligieron lo último, apostando a que la inflación impulsada por los aranceles se desvanecería rápidamente.
Pero esa decisión vino con un supuesto importante: expectativas de precios estables. Hoy, esa suposición ya no se sostiene. La inflación no ha sido nada estable desde la pandemia, y Powell sabe que no debe apostar a que los picos a corto plazo se resuelvan por sí solos.
Más allá de los aranceles: los otros planes de Trump
Los planes económicos de Trump van más allá de los aranceles, creando aún más incertidumbre para la Reserva Federal. Sus recortes de impuestos propuestos podrían disparar la demanda de los consumidores, añadiendo más presión inflacionaria. Al mismo tiempo, sus amenazas de deportaciones masivas podrían desestabilizar el mercado laboral, perturbar las industrias y contraer la economía.
En 2018, los recortes de impuestos de Trump impulsaron la inflación, lo que llevó a la Reserva Federal a subir las tasas. Un año después, cambiaron de rumbo con recortes de tasas para contrarrestar la desaceleración de la economía. Powell puede esperar un acto de equilibrio similar esta vez, con las políticas económicas de Trump empujando a la economía en direcciones opuestas.
La relación de Trump con la Reserva Federal fue difícil durante su primer mandato y no hay motivos para creer que vaya a mejorar. Con frecuencia criticó a Powell por mantener las tasas demasiado altas, acusando a la Reserva Federal de socavar su agenda económica. Si los aranceles vuelven a hacer subir la inflación, Powell podría convertirse en el saco de boxeo favorito de Trump.
Este año, la Reserva Federal comenzó a recortar cautelosamente las tasas después del ciclo de alzas más agresivo desde la década de 1980. Powell ha subrayado la importancia de basarse en datos, pero los aranceles de Trump podrían obligarlo a actuar.
“Hace seis años, la inflación era baja y las expectativas estaban ancladas”, dijo Powell recientemente. “Ahora, la inflación todavía está por encima del 2%. Tendremos todo eso en cuenta”.