Los metaversos siguen vivos ¿quiénes invierten en ellos y por qué?
A pesar de que el concepto de metaverso tiene alrededor de 40 años, en 2022 irrumpieron en escena de manera poderosa al llegar a las redes descentralizadas de criptomonedas. Sin embargo, el furor por estas innovaciones ya pasó, e incluso hay quienes dicen que fue solo una moda.
Una muestra de la perdida de interés del público por los metaversos se puede observar en el precio de MANA, token nativo del mundo virtual Decentraland. Este alcanzó su máximo histórico en 2021, cuando el token llegó al precio de USD 5. De ahí en adelante ha ido en una marcada tendencia descendente.
Actualmente, el token MANA tiene un precio de USD 0,25. Eso representa un descenso de 95% desde su máximo histórico, como se puede ver en el siguiente gráfico.
Gráfico histórico de precio del token MANA, de Decentraland. Fuente CoinMarketCap.
No obstante, un estudio del doctor Lennart Ante, director de la firma de investigación Blockchain Research Lab, ha detectado que todavía hay quienes invierten en los metaversos. En este caso, destacan los inversionistas minoristas quienes han sido “seducidos” por el atractivo de las tierras virtuales.
La empresa considera que el surgimiento de la tierra digital como una clase de activo no es solo un “fenómeno tecnológico” sino también “sociocultural y económico”.
Los diferentes mundos virtuales “han madurado hasta convertirse en plataformas multifacéticas”, ya que no son vistos como vehículos de inversión, sino que se han expandido para ser “lienzos para la expresión personal y centros para la participación comunitaria”, destaca Blockchain Research Lab.
4 tipos de inversionistas en tierras virtuales
De acuerdo a la investigación hay cuatro grupos de inversionistas en el sector inmobiliario virtual. Los primeros son llamados por la firma como los “expresionistas digitales”.
Este grupo ve los metaversos como un “lienzo ilimitado donde puedes pintar tu propia personalidad”, ya que intentan plasmar en esos mundos virtuales su estilo personal y característico. Además, ven una oportunidad de convertir su creatividad en comercio.
“Más que una mera propiedad: se trata de esculpir un yo virtual, curar experiencias surrealistas y potencialmente transformar pasiones en empresas digitales rentables”.
Blockchain Research Lab, empresa de investigación.
El segundo grupo es llamado “arquitectos sociales”. Estos inversionistas son también constructores de comunidades, conectores sociales y diplomáticos digitales.
Más allá de verlo como una tierra virtual, tratan de darle un sentido de pertenencia, fomentado a través de la participación en eventos, actividades y vecindarios digitales.
Este grupo ve al sector inmobiliario en el metaverso como “una potente combinación de pertenencia a la comunidad, elevación del estatus social y utilidad pragmática, todo cimentado por el lenguaje universal de la conexión digital”.
El tercer grupo de inversionistas son los “buscadores de píxeles”. Estos se enfocan enteramente en la especulación e inversión inmobiliaria virtual. “Son traders diarios, pero de paisajes digitales. Compran barato, venden caro y lo hacen rápido”, señala la investigación.
Por último, pero no menos importante, están los “pioneros de la frontera digital”. Estos ven a los metaversos como “una revolución a punto de suceder”. Losº inversionistas de este grupo se enfocan en comprender la tecnología que impulsa a los mundos virtuales y todo lo que hay debajo de ellos. Estos utilizan sus parcelas digitales como terreno experimental para nuevas aplicaciones, interfaces y experiencias.
“En esencia, son los navegantes de un mundo naciente, con los ojos bien abiertos ante un horizonte de posibilidades tecnológicas ilimitadas”.
Blockchain Research Lab, empresa de investigación
Los principales metaversos son The Sandbox, Decentraland y Otherside. En esos mundos virtuales, así como en el mundo real, el precio lo otorga la ubicación. En diciembre de 2021, una propiedad digital adyacente a la mansión del rapero estadounidense Snoop Dogg, llegó a tener el precio 450.000 dólares, indicó la empresa.
Igualmente, las empresas tienen presencia en estos mundos. El pasado junio, el Banco de Chile levantó un edificio virtual y la empresa surcoreana Samsung abrió una réplica virtual de su tienda ubicada en la ciudad de Nueva York en 2022. Ambas lo hicieron en la plataforma basada en Ethereum, Decentraland, como lo reportó CriptoNoticias.
“En un renacimiento digital del compromiso con la marca y la valoración de bienes raíces, el criptometaverso emerge como el lugar innovador donde la imaginación se encuentra con la inversión, o el marketing se encuentra con la economía”, agrega la investigación.