Los movimientos geopolíticos del futuro pasarán por el metaverso (KPMG)
La Riqueza de las Naciones es seguramente uno de los libros más importantes que se haya publicado jamás. Sobre el mismo se erige la Economía y buena parte de la Sociología y la cultura de nuestra Modernidad. También se prescribe cuál es el papel del Estado en relación con la economía de la nación. Y es éste el concepto que también nos convoca ahora. La consultora KPMG ha publicado una reflexión sobre el concepto de nación virtual en el metaverso. Sobre todo, proyecta que los movimientos geopolíticos del futuro pasarán por el metaverso.
Metaverso KPMG
Afirma que al menos existen 11 proyectos de naciones virtuales, que agrupan a más de 200 millones de “ciudadanos” y un PIB superior a los cien mil millones de dólares estadounidenses cada uno. Naciones donde los ciudadanos disfrutan de altos ingresos y viven con altos niveles de seguridad, beneficiándose de lo que puede ser considerado un estado de bienestar virtual, con empleo, educación y, en general, un estilo de vida superior al que se encuentra entre los ciudadanos físicos. Países como Portugal, Estonia, Letonia o Azerbaiyán han dado sus pasos para crear sus e-ciudadanos. Lugares concebidos para la creación de empresas, bajos impuestos y estableciendo un entorno crypto-friendly.
El metaverso construido en blockchain no está muerto
Queda mucho por reflexionar. La soberanía es un lazo de ida y vuelta entre estado y ciudadanos. En las naciones democráticas, la soberanía reside en los ciudadanos libres. Pero, a su vez, estos sólo son ciudadanos -con sus derechos y obligaciones- si son reconocidos por un estado. En esas extensiones del metaverso, la figura del ciudadano digital todavía queda proyectada con pocos derechos y pocas obligaciones. Todavía está por desarrollarse; pero parece pasar por una mayor autonomía y agilidad económica. Espacios en los que, como en La Riqueza de las Naciones, el comercio es central, donde los ciudadanos son soberanos, cediendo parte de esa soberanía a un estado que los protege, protegiendo sus propiedades.
Preguntas
La cosa no ha hecho sino empezar. Con un mar de dudas. Así, cada vez pasamos más horas online. En cierta forma, vivimos en internet. Pero ¿qué puede llegar a significar el concepto de residencia digital? De hecho, técnicamente se podría constituir residencias digitales. ¿Significaría esto la posibilidad de salir de las residencias físicas, con sus estados y cargas impositivas? ¿Qué obligaciones implicaría esa residencia digital para el ciudadano digital? ¿Cabe la “doble residencia”, física y digital?