«Todavía no se está viendo mucha desregulación en materia de criptomonedas en Argentina»

Desde el 10 de diciembre de 2023, el Poder Ejecutivo de la República Argentina está bajo el liderazgo de Javier Milei.

Este economista devenido en político, fiel a sus ideas anarcocapitalistas, avanza en una serie de medidas tendientes a la reducción del Estado a la mínima expresión posible.

Con esto en mente es que Milei creó el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado. A cargo de Federico Sturzenegger, quien asumió el rol el 5 de julio de 2024, este ministerio tiene como objetivo principal redimensionar y reducir el gasto público, aumentar la eficiencia y eficacia de los organismos que conforman la Administración Pública Nacional, así como transformar la gestión y simplificar los procedimientos estatales.

¿Y en materia de bitcoin (BTC) y criptomonedas, cuándo llegarán las desregulaciones? Recordemos, por ejemplo, que los bancos de Argentina tienen todavía prohibido ofrecer compraventa de activos digitales a sus clientes (prohibición que data del gobierno del expresidente Alberto Fernández).

En la más reciente edición de LABITCOINF, que se realizó en Buenos Aires, conversamos sobre estos y otros temas con Alejandro Rothamel, director de la oficina legal del exchange Ripio.

Este abogado cree que «el gobierno de Milei está encarando de manera interesante algunas cosas». Además, Rothamel considera que «tener a la desregulación como estrella guía de muchas acciones que está haciendo el gobierno es una buena idea».

De todas formas, a él le gustaría que eso comience a traducirse en acciones más concretas para la industria de bitcoin y las criptomonedas. Dice Rothamel:

«Me gustaría ver eso traducido en acciones concretas para nuestra industria, que me parece que todavía no permeó todo eso. Tenemos un ministerio de desregulación liderado por Sturzenegger, pero en materia de criptomonedas no se está viendo mucho el tema de desregulación. Bueno, no había mucha regulación en criptomonedas, de acuerdo, pero sí hay muchas regulaciones que no están orientadas a las criptomonedas, pero que si encorsetan a la industria en los temas en los que se puede meter, o sea, los negocios en los que puede participar. Estaría bueno ver desregulación ahí».

Alejandro Rothamel, director de la oficina legal de Ripio.

Así, el abogado dejó en claro su optimismo sobre la gestión del presidente Milei, aunque también dejó ver que todavía se mantiene con expectativas de que hayan mayores cambios.

Consultado por CriptoNoticias sobre qué país tiene, a su criterio, una regulación óptima para las criptomonedas, Rothamel señaló a Uruguay.

«En Uruguay el proceso regulatorio lo encargó directamente el Banco Central», explica. Añade que la de Uruguay «fue una regulación súper quirúrgica» y que «no dijeron ‘vamos a hacer la ley MICA de Uruguay’, sino ‘vamos a hacer algo bien, vamos a meter el bisturí solamente en algunas normas’».

Detalla Rothamel que, para él, «toda regulación tiene que ser gradual»:

«No pretendamos regular todo el fenómeno cripto de una justamente porque el riesgo es sofocar a la industria, generar temor en los usuarios, generar trabas para el acceso. Me parece que la idea de las criptomonedas es justamente democratizar el acceso a las finanzas, a la economía, y cada uno ser el dueño de su propio valor y eso es lo que tratamos de hacer desde empresas como Ripio».

Alejandro Rothamel, director de la oficina legal de Ripio.

Y en Argentina, según el especialista legal de Ripio, esa regulación progresiva parece ir avanzando por buen camino actualmente. Con las recientes novedades de la Comisión Nacional de Valores (CNV), que incluyen la creación de un Registro de Proveedores de Servicios con Activos Virtuales (PSAV) «se está dando el primer paso, que es regular a los intermediarios», dice Rothamel. A futuro, el abogado espera normativas que «desencorseten» a la industria y faciliten que se pueda incluir nuevos servicios (por ejemplo, créditos, o «ampliar el mercado de capitales a través de instrumentos financieros que sean directamente criptomonedas»).

Criptomonedas y Estado… ¿asuntos separados?

Todo este diálogo sobre regulaciones, es decir, la intromisión del Estado en negocios de empresas privadas indicando qué se puede y qué no se puede hacer lleva a preguntarle a Rothamel: ¿no se suponía que Bitcoin venía a separar el dinero del Estado? ¿No son Bitcoin y el Estado enemigos por naturaleza?

La respuesta de Rothamel invita a la reflexión. Él dice:

«No sé si se puede hablar de un antagonismo entre criptomonedas y Estados. Obviamente siempre va a estar ese antagonismo en materia monetaria. O sea, bitcoin en definitiva es una moneda, es un medio de cambio si querés. Es una manera de transferir valor y una forma de ahorro. Yo creo que lo maravilloso que tiene es que podés elegir cualquiera de las cualquiera de las dos cosas. Si te gusta Ripio, podés tener bitcoin en Ripio, si quieres cold storage y ser self custodial, podés serlo. O sea, dependiendo de cuánto te quieras meter en el rabbit hole, podés hacerlo de la manera que quieras y depende de cuánto quieras custodiar tu intimidad y tu libertad financiera también lo podes hacer de la manera que quieras y más te guste».

Alejandro Rothamel, director de la oficina legal de Ripio.

Asimismo, el abogado comprende que esta respuesta, probablemente, no satisfaga a todos. «No sé si para los bitcoiners de vieja data vamos a poder cambiar esa filosofía de que el Estado tiene que morir y de que la única moneda verdadera es bitcoin o es la única reserva de valor que va a subsistir», dice.

De todos modos, insiste con que bitcoin y las criptomonedas pueden emplearse como cada usuario elija. Y allí es donde exchanges como Ripio entran al mercado para brindar sus servicios. «Desde Ripio tratamos de facilitar todo eso y por ahí ampliar el menú de las cosas que vos podés hacer con tu cripto teniendo otro tipo de infraestructura y otro tipo de exposición. Y bueno, o sea, si vos tenés una cold wallet no vas a poder gastar tu bitcoin con una tarjeta. Sin embargo, si tenés tu bitcoin en Ripio lo podes hacer si quisieras», concluye.

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